EL ROMÁNICO EN INGLATERRA
La invasión normanda y la victoria de Guillermo el Conquistador en la batalla de Hastings, en 1066, supone la integración de Inglaterra en el devenir cultural europeo y la ruptura con los países escandinavos.
Aunque el románico en tierras inglesas comienza con Eduardo el Confesor, es en este periodo de dominio normando cuando se van a comenzar las más ambiciosas construcciones del románico inglés.
Previamente, la fuerte penetración espiritual de los monjes irlandeses había dejado señales artísticas. Más tarde, con la invasión danesa, se inició cierto gusto por las decoraciones características germánicas; se encuentran todavía hoy algunos restos de muros, criptas y arcos aislados que recuerdan este período. La manifestación románica más antigua, románica al final de sus días, le corresponde a lo que en aquellas latitudes denominan el “arte sajón”, un estilo desarrollado en los monasterios entre los siglos V y X-XII cuyas iglesias parten de una concepción tradicional tipo irlandés, sin cabeceras semicirculares, con piedra y contrafuertes, ocasionales bóvedas de cañón cuando no mero maderamen en los techos e incorporación de decoración figurada en placas adosadas a las paredes así como ventanales con arcos de medio punto en su parte superior.
Con el tiempo este arte sajón nos dejará monumentos, la mayoría destruidos por pertenecer a monasterios, como la abadía de San Agustín en Canterbury, Glastonbury, y las iglesias de Brixworth, Escomb, Bradford-on-Avon, y otras iglesias del oeste como Castor, en la que todavía se conserva una lápida sajona con decoración historiada. En estos monasterios se practicaba la Regla de San Benito y tras diversos avatares originados por los vikingos consiguieron elevar el número de monasterios de monjes a treinta y cinco y de monjas (“nunneries”) a nueve en el momento de la invasión normanda.
En las plantas de las primeras iglesias románicas inglesas se nota la particularidad de la gran longitud de las naves y muchas veces los ábsides son cuadrados, terminando en línea recta, disposición también peculiar del antiguo estilo sajón. Las criptas, como en Alemania, ocupan el crucero y el ábside, con macizos pilares que les dan un aspecto de severidad extraordinaria. Las naves laterales están separadas de la central por pilares cuadrados que tienen en resalte una media caña de columna, que parece destinada a sostener un arco toral de una cubierta de bóveda por arista. Del estudio de la planta de estas iglesias inglesas del siglo XI (que estaban en un principio cubiertas de madera), parece deducirse como si los arquitectos hubieran presentido que más adelante, con los progresos de la construcción, habría posibilidad de cubrirlas con sistemas de bóvedas, que entonces no eran todavía conocidos. Otro detalle característico de las catedrales inglesas del estilo anglonormando es que estos pilares cuadrados, con molduras, están a veces alternados con gruesas columnas cilíndricas, decoradas con una ornamentación geométrica en zigzag y estrías helicoidales. Sobre el crucero se levantaba una gran torre linterna, que después había de llegar a constituir el elemento capital de las catedrales góticas inglesas. A veces las naves laterales tienen dos pisos, con tribunas altas cubiertas de bóveda por arista, aun cuando en la nave central, de mayor anchura, continúa la tradicional cubierta de madera. La decoración se reduce a los motivos geométricos del estilo normando del continente; los mismos capiteles son simples formas cúbicas, con sencillas molduras en los ábacos y en las bases.
El desarrollo en Francia de lo que conocemos como arte gótico conllevó la transformación parcial de buen número de monumentos importantes, alterando de forma notable la configuración del románico normando.
A principios del siglo XI la corte inglesa empezó a sentir un apasionamiento grande por el arte francés de Normandía y hubo de fomentar una inmigración de obispos y grandes señores del continente, que debía ser fatal para la supremacía de la antigua raza sajona. No hay ejemplo más patente de esta pasión francófila que el del último rey sajón, Eduardo el Confesor, quien llamó a arquitectos de Francia para construir la abadía de Westminster, en la que debía ser enterrado, y dejó en testamento su trono al duque Guillermo de Normandía.
Por esto al estilo románico inglés se le llama estilo normando o anglonormando, aunque se diferencia algo, sin embargo, del puro estilo normando del continente. Con el ejército invasor llegaron a Inglaterra grandes señores amantes de la construcción, y aun arquitectos, los cuales parece que aceptaron algo de las normas arquitectónicas dominantes en el país a su llegada. De esta forma, el arte de Normandía e Inglaterra muestran características comunes: 1) Gran riqueza en la articulación del muro, normalmente en tres pisos pero que en algunos casos, especialmente en Inglaterra, anuncian el cuarto piso que aparecerá en el gótico. 2) Edificios de gran altura, debido por un lado a la riqueza en la articulación del muro pero también porque en un principio iban a tener cubiertas de madera. 3) Alternancia de soportes en la separación de naves, que no va a tener una función constructiva sino que va a ser únicamente para dar un ritmo a la arquitectura. 4) Es una arquitectura muy modulada. Esto va a ser más visible en Inglaterra. 5) Uso por tradición de los dobles muros. 6) La fachada occidental suele estar flanqueada por dos torres, elemento que proviene del otoniano, y que organizan la llamada "fachada en H", que tendrá un gran desarrollo y que pervivirá después del Románico, siendo por ejemplo modelo de fachada a lo largo del gótico clásico en los dominios reales. 7) Gran repercusión del estilo, no sólo en Inglaterra sino también en Bretaña y en la zona del Maine, y además va a ser fundamental para la aparición del protogótico. 8) Será el primer lugar del occidente cristiano en el que aparecen bóvedas nervadas. 9) Se usan por primera vez en Inglaterra en la catedral de Durham donde se va a dar una bóveda sexpartita en relación con bóvedas claustrales
Pero Inglaterra, como nación más significativa en el románico dentro de la Gran Bretaña , supera con creces la diversidad románica, no sólo ya por los cambios de estilo posteriores, sino también por la superposición de manifestaciones románicas diferentes. El movimiento benedictino sajón, cuya manifestación artística más posterior es lo que se ha llamado "romanesque" y "arte benedictino", sobrevivió a la invasión normanda, que incluso lo impulsó. Para 1215 el número de monasterios había aumentado hasta 225 con un fuerte desarrollo desde el siglo XI, lo que atrajo a otras órdenes entre las que se encontraba los cluniacenses, que, sin duda, aportaron conceptos y estilos aprovechados por aquellos. En el momento de su disolución en el siglo XVI los benedictinos, que dependían de los obispos, contaban con 282 monasterios y 92 “nunneries” frente a 80 y 29 de los cistercienses, 34/4 los premonstratenses, 32 cluniacenses, 170/23 los agustinos y alguna presencia de cartujos y gilbertinos. Antes de la invasión normanda de 1066 ya algunos maestros canteros normandos habían trabajado en Inglaterra, pero la irrupción de estos antiguos vikingos en las islas produjo una revolución en la construcción de templos y alguna obra civil, como el castillo de Norwich. La primera construcción de románico normando en las islas fue la catedral de Durham, lugar en el que por primera vez se implantaron, en todo el orbe, las bóvedas de arista, que los ingleses llaman "bóvedas de costilla" ("ribs vaults").
Años antes de la llegada de los cluniacenses, en 1128 los cistercienses establecen su primer monasterio inglés en Waverley. Establecidos en zonas rurales se aposentaron en lugares en los que la concurrencia de los benedictinos era menor, como en Gales y en el norte de Inglaterra. La disolución de los monasterios nos dejó sin huellas importantes de su presencia, aunque se rehicieron con posterioridad ocupando lugares como en Caldey Island donde una abadía neorrománica del siglo XIX les cobija. A partir de 1180, año en que se construye la catedral de Wells, irrumpe en escena el gótico desarrollando el denominado “early english stile” con ventanas de arco apuntado, cristaleras divididas en dos partes, también apuntadas, en cuyo vértice central superior se incluirá una flor tetralobular rodeada por un círculo y se desarrollarán las bóvedas nervadas. Con este “early english” y sus posteriores gótico y “perpendicular”, otra variedad de gótico específico inglés, se alterarán las fachadas de las grandes catedrales normandas hasta ofrecernos la mezcla que hoy podemos contemplar. No siempre se sustituirá el edificio románico normando, en Leominster las nuevas naves góticas se adosarán a los restos de la iglesia normanda evidenciando una construcción de dos estilos.
En cuanto a la escultura, el Arte Románico inglés es más un arte anglo normando como resultado de las múltiples influencias a que está sometido, entre las que se mezclan las nativas y las escandinavas con las continentales. Las influencias nativas adquieren su importancia por cuanto hasta la invasión de los vikingos daneses en torno al año 1.000 arrastran una vida continuada desde su origen celta, pasando por la influencia romana. Entre las portadas de las iglesias románicas destacan la de Malmesbury, de 1.130, con influencias borgoñonas y muy alta calidad que comparan con Autun; la de Ely, de 1.108, en cuyo tímpano, de la Prior-s Dorway , hay un Cristo en majestad rodeado de ángeles que sobresalen de su espacio para ocupar parte del dintel, y en la que se da una muy característica manifestación de las portadas de iglesias románicas inglesas, consistente en la presencia de gran cantidad de pequeñas figuras insertadas en otros tantos medallones, con una función estrictamente decorativa, pero que deja muy poco espacio a los grandes relieves; y la de Kilpeck, fundada por Oliver de Merlemont a la vuelta de su peregrinación a Compostela, de donde se trajo artistas locales, que prefirieron abandonar su estilo y subsumirse en las prácticas anglosajonas para la construcción y decoración de las iglesias románicas. También del siglo XI es la portada de Iffley con la tradicional decoración inglesa en jambas y columnas. De los capiteles de las iglesias románicas destacan los de Romsey Abbey, y Worcester, ornamentados con bandas perladas entrelazadas y escasa decoración figurativa. Todos ellos tienen en común que parten de modelos anglosajones de trabajos en metal y de iluminaciones de manuscritos. Los centros religiosos más representativos son los siguientes.
La nave central tenía una cubierta de madera formando una bóveda de cañón y las naves laterales estaban cubiertas con bóvedas de aristas. La articulación del muro es en tres pisos: piso de arcadas, tribuna y una hilera de tres ventanas por tramo, donde se desarrolla un andito. La catedral de Durham fue comenzada en el año 1093 por Guillermo de San Carileph, pero su no se terminará hasta finales del primer tercio del siglo XII, se trataba de la primera catedral proyectada para ser abovedada, en un principio tenía un crucero marcado en planta y una cabecera con tres ábsides escalonados, pero esta zona fue ampliada y transformada en el gótico.
Tiene una especie de nártex que precede a una fachada armónica flanqueada por dos torres. En el interior, hay bóveda de crucería con alternancia de soportes y un alzado igual al anterior, se trata de una arquitectura muy pesada, con mucha modulación en arcos y pilares, y con grandes pilares circulares.
Tradicionalmente, las diferentes muestras de pintura románica conservadas en España se han afiliado a dos corrientes diferentes. La corriente bizantina y la mozárabe. La corriente bizantina penetraría a España por Cataluña proveniente de Italia o incluso de Inglaterra a través de miniaturistas que se forjaron en Sicilia, mientras que la mozárabe es consustancial a todos los territorios españoles cristianos, principalmente a Castilla y León.
Aunque el estilo florentino no tiene la difusión del románico pisano o lombardo, su influencia fue determinante para el desarrollo de la arquitectura ya que fue la base de inspiración de personajes renacentistas como Francesco Talenti, Leon Battista Alberti, Filippo Brunelleschi…
EL ROMÁNICO EN ALEMANIA
El Románico, pese a ser una corriente con rasgos comunes en toda Europa, de sur a norte y de este a oeste, en cada zona, país se le podría denominar en la actualidad, tiene unas determinadas características. De todos modos, es bastante difícil diferenciar y separar zonas mediante un corte seco o lineal. En la actual Alemania, Sacro Imperio Romano en la época que nos corresponde, nos encontramos, dentro del mismo, zonas diferenciadas, con características propias, además, los límites del antiguo Sacro Imperio no corresponden con la actual demarcación de la nación alemana. Sin embargo, aparecen una serie de similitudes y diferencias con el exterior que nos permiten poder enmarcarlo y caracterizarlo de manera aislada. Tanto en su vertiente arquitectónica como en lo referido a pintura y escultura, el arte románico gira en torno a una idea principal. En el mundo germánico, la lucha por la supremacía entre el poder del Papa y del Emperador marcó la tendencia artística y el triunfo del poder imperial sobre el religioso de Roma, bien se puede apreciar en sus máximas manifestaciones artísticas.
Pasemos pues a una enumeración y descripción de las principales características del arte románico para desde ahí partir hacia las peculiaridades del arte gótico alemán.
En arquitectura, quizá la base del arte románico, o la más conocida al menos, destacan una serie de elementos constructivos que si bien no son novedosos en su utilización, sí lo son en lo que se refiere al sentido que emanan, es decir, se realizan obras con un mayor simbolismo y espiritualidad, dirigidas fundamentalmente al ámbito religioso, de hecho, las principales construcciones son iglesias y monasterios. Este hecho no es casual, se comprende rápidamente cuando contemplamos el contexto histórico en el que se enmarca, una sociedad feudal, rural, analfabeta en su mayoría y tremendamente religiosa, convirtiéndose la Iglesia en el principal poder de la época, ostentadora del poder económico y de la cultura. Dentro de las características de esta arquitectura, destacan:
- La planta es casi siempre basilical, según un esquema de cruz latina, con sus diversas alteraciones o modificaciones.
- La cubierta predominante es la bóveda de cañón, sobre todo en la nave central, que se refuerza con arcos fajones sobre los pilares.
- El soporte principal es el pilar. En ocasiones se alterna con columnas.
Visto esto a muy grandes rasgos, evidenciaremos las diferencias germanas, muy marcadas por el arte prerromano de dicha zona, pues de él son herederas.
La peculiar historia sociopolítica de Alemania, como es lógico, será la que marque y determine durante el siglo X los avatares del románico construido un siglo después en tierras germánicas.
Desde que el primer emperador del Sacro Imperio Romano Otón I el Grande, cuyo reinado va desde el 912 hasta el 973, se impone al poder de Roma, pasa a convertirse en protagonista del marco internacional, erigiéndose principal defensor y difusor del catolicismo en Europa. A partir de ahí, sus descendientes se convertirán en los "jefes de la cristiandad", por encima del poder Papal, serán los verdaderos representantes de Dios en la tierra. En ese contexto se abordan obras que reflejen el poder del Emperador ante el Papa y es así como nacen algunos de los referentes del románico germánico. La arquitectura románico-otónida es heredera de la carolingia y de ella recibe algunas de sus más importantes y diferenciadoras características:
- Los edificios suelen superar ampliamente los 100 metros de longitud, como por ejemplo en la catedral de Spira, con 133 metros de longitud, considerada el mayor templo románico conservado de la Cristiandad.
- Otro ejemplo es la catedral de Worms, con tres naves, doble transepto y también doble cabecera. Esta hipertrofia de los pies del templo responde a un fenómeno común en el prerromano germánico llamado "westwerk" y añadía a la iglesia un gran pórtico y una tribuna regia flanqueados por dos elevadas torres. El objetivo de tal mole era representar la fusión del poder terrenal del emperador con el poder religioso. Esto era característico de esta zona solamente pues era donde el poder político había subyugado al poder religioso fusionándose con él.
- Las portadas no adquieren importancia ni resalte y los capiteles suelen ser cúbicos o levemente esbozados pero en general son carentes de escultura, por lo que ésta se aplica a la orfebrería.
- Otra peculiaridad es la altura de las naves, que unido al numeroso repertorio de torres otorgan a la obra una muy acusada sensación de verticalidad, alejándose de la impresión horizontal del románico del resto de Europa.
- Por último, un elemento diferenciador y exportado desde estas regiones es la construcción bajo el coro de los templos criptas de estilo románico, donde se enterraban personajes de importancia. Esto provocaba la elevación del mismo coro y la ruptura de la homogeneidad del espacio interior del templo.
Las grandes obras que representan el románico germánico son las catedrales de Spira, Worms y Maguncia y la Abadía de Maria Laach. La primera fue construida siendo Spira una importante ciudad, sede de numerosas asambleas imperiales. Su construcción se llevó a cabo en el siglo XI, en diversas fases y con remodelaciones constantes. La antigua catedral otoniana de Maguncia debió ser reconstruida tras un incendio sobre la base de lo que quedaba. Las obras de reconstrucción se realizaron en el siglo XII, y en el siglo siguiente se completó con estilo gótico y barroco. En cuanto a la catedral de Worms, se construye durante el siglo XII, la planta presenta tres naves y un amplio transepto en cuyo centro se levanta una gran cúpula. Tras el transepto, encontramos un coro cuadrado que acaba en un ábside semicircular flanqueado por torres circulares. Por último, la abadía de Maria Laach es una muestra de armonía, perfección y equilibrio en el conjunto del arte románico de Alemania.
En cuanto a la escultura, hay que reconocer que es un ámbito que no destacó por sí solo, casi siempre se encuentra asociado a la arquitectura, integrándose como un elemento más en la decoración arquitectónica. Su función es fundamentalmente didáctica, enseñar a la población que acuden las iglesias y monasterios, ya sea a modo de peregrinación o como acto de devoción habitual, los relatos de las Sagradas Escrituras, el Apocalipsis, la última Cena, Juicio Final...etc. Algunas de sus características principales son la adecuación a los espacios donde se ubican como los frontones, unas figuras hieráticas y rudas en formas y detalles, predominio de figuras humanas aunque también aparecen elementos vegetales o animales...etc. Es de destacada mención el marco de los capiteles, donde se llevó a cabo gran parte de la escultura románica y en el que destacaron las regiones germánicas por la introducción de figuras humanas y animales, recordando una vieja costumbre de los antiguos pueblos germanos que decoraban sus construcciones rudimentarias con estas figuras.
En lo que se refiere al ámbito de la pintura, existen dos tipos, la pintura mural o al fresco y la pintura en tabla. La primera, más extendida y abundante, quizás por conservación, se dedicaba, como su nombre indica a recubrir los muros de los templos, se basaba en la preparación de la pintura a base de pigmentos diluidos en agua de cal y que se aplicaban sobre yeso o estuco húmedo para que una vez seco, tomara consistencia. Al igual que la escultura románica, la pintura mural se integra con la arquitectura y sigue una conceptualización racional, es decir, hace que las figuras sean planas, alargadas y sin perspectiva. Los personajes se escalonan y adoptan diferentes tamaños en función de su relevancia. Los ojos y manos adquieren desproporcionada dimensión pues son las partes de la anatomía humana más expresivas espiritualmente hablando. Los colores empleados son intensos y brillantes (rojo, amarillo, naranja y azul) y se disponen en franjas contiguas de colores muy contrastadas entre sí. El color negro servía para perfilar las figuras. Se trataba en definitiva, de una pintura simple, poco naturalista, cuyo objetivo no era representar la realidad con detalle sino representar ideas y sentimientos.
Originalmente, la situación en la que se encontraban los templos era muy diferente a la actual, pero un gran desgaste y maltrato de los agentes climáticos y de la mano del hombre nos ha dejado unas obras cuyo color principal es la piedra o ladrillo. Un edificio de época románica no se consideraba terminado hasta que sus materiales eran cubiertos por enfoscados y luego pintados. No sólo nos referimos a que la escultura monumental estaba pintada (algo evidente y que se puede todavía apreciar especialmente en algunas iglesias rurales gallegas y pero también en otras partes de España) sino que la inmensa mayoría de sus muros eran cubiertos de pinturas.
Si la comunidad donde se construía el templo tenía capacidad económica, se contrataba a talleres que creaban completos programas iconográficos. En caso contrario la decoración era más sumaria y se esperaba a que en años posteriores se pudiera emprender trabajos más ambiciosos.
Algo que aún puede sorprender más es que también la superficies exteriores de los muros eran enfoscada y pintadas. Afortunadamente, algunas de estas pinturas, especialmente las de los ábsides que solían ser las más cuidadas, están saliendo a la luz poco a poco tras retirar los retablos colocados en siglos posteriores y eliminar las capas de revocos y encalados superpuestos y añadidos en épocas de epidemias.
Algo que aún puede sorprender más es que también la superficies exteriores de los muros eran enfoscada y pintadas. Afortunadamente, algunas de estas pinturas, especialmente las de los ábsides que solían ser las más cuidadas, están saliendo a la luz poco a poco tras retirar los retablos colocados en siglos posteriores y eliminar las capas de revocos y encalados superpuestos y añadidos en épocas de epidemias.
Tradicionalmente, las diferentes muestras de pintura románica conservadas en España se han afiliado a dos corrientes diferentes. La corriente bizantina y la mozárabe. La corriente bizantina penetraría a España por Cataluña proveniente de Italia o incluso de Inglaterra a través de miniaturistas que se forjaron en Sicilia, mientras que la mozárabe es consustancial a todos los territorios españoles cristianos, principalmente a Castilla y León.
Por otro lado, la pintura en románica en tabla responde a cuestiones diferentes, se empleaba para la decoración de frontales de altares y pequeños retablos. A diferencia de la pintura mural al fresco, se utilizaba la técnica del temple.
Todo lo referente a la pintura mural es válido para la pintura en tabla en lo referente a la iconografía (claramente religiosa) y la estética que sigue basándose en el hieratismo simbólico románico. La gama de colores es la misma así como su figuración.
Algunas de las pinturas en tabla más importantes son las de la Seu d'Urgell, Santa María de Avià, Ribes de Fresser, San Andrés de Cerdanya y San Andrés de Sagars, todas repartidas entre el Museo de Vic y el Museo de Arte de Cataluña.
EL ROMÁNICO EN FRANCIA
Si hay un país donde el estilo románico estuvo vivamente presente, es Francia, por donde se extendió durante el Imperio Carolingio y evolucionó a lo largo de todo el siglo XI y comienzos del XII. En el país galo, el románico, se desarrolló en diversas escuelas:
- Una de las más importantes, fue la escuela de la Provenza:
Es la escuela románica que más conserva las formas clásicas y aunque las fachadas de sus templos no son las más antiguas de la arquitectura románica gala, su estilo las hacen ser las más románicas, ya que se ajustan más a las antiguas tendencias romanas.
Los edificios sagrados que la caracterizan, suelen ser construcciones de grandes piedras, con una nave central de medio punto y naves laterales que sirven de contrafuerte a la central y sus bóvedas son de sección de cuarto de círculo.
Con frecuencia, sus columnas son de tipo romano, los frisos y tímpanos presentan abundantes figuras humanas esculpidas. Normalmente, en el crucero se levantan, torres de dos pisos, por donde entra la luz. Tienen fachadas con columnitas, de proporciones y aspecto semejantes a los de las columnas corintias.
A esta escuela de la pertenecen iglesias como:
La Catedral de Saint Trophime de Arlés, un templo compuesto de una nave central más ancha y alta que las laterales y con una bóveda de cañón sujetada por las bóvedas de cuarto de cañón de las naves laterales. Destaca su portada occidental, circunscrita a la nave central y antepuesta a la fachada.
Su programa iconográfico tiene como temática el Juicio Final. En la mandola del tímpano aparece un Cristo triunfante, acompañado por los símbolos de los evangelistas y rodeado por coros de ángeles situados en la arquivolta inferior. Aparece un friso, a lo largo de la portada sostenido por columnas apoyadas en una base en la que hay nichos con esculturas de los apóstoles. En el friso menor se representa el pecado original, los elegidos, la pasión de los condenados y el nacimiento de Jesús.
Saint Gilles du Gard: Iglesia del siglo XII. Presenta una nave central y dos naves laterales, de menor altura. Tiene un crucero no destacado en planta y girola.
Destaca su fachada occidental, que ocupa toda la anchura de las naves. Su disposición es de arco del triunfo y está soportado por columnas clásicas con capiteles romanos (corintios) y entre los arcos hay frisos con decoración escultórica que dan lugar a estructuras adinteladas. Estos frisos estaban soportados por columnas, con decoración de figuras escultóricas clásicas.
- Otra importante escuela románica fue la del Languedoc, donde surgen las llamadas iglesias de peregrinación, construidas en torno a los caminos que guiaban hacia algún lugar de peregrinaje cristiano, sobre todo a Santiago de Compostela.
Estas iglesias tenían como características: grandes proporciones, planta de cruz latina, tribuna sobre las naves laterales con triforio y girola con deambulatorio para el paso de los peregrinos.
Los templos más representativos son de esta escuela son:
Saint Sernin de Toulouse, construida entre 1077 y 1096. Tiene cinco naves longitudinales y una cabecera muy regularizada en la distribución de los ábsides del transepto y en los cinco absidiolos de la girola. Presenta planta en forma de cruz latina y crucero y girola.
Se sustenta de gruesos muros y pilares compuestos que sostienen arcos de medio punto y de cada pilar se eleva una semicolumna que pasa por las galerías de la arquería hasta la altura de la bóveda de cañón que cubre la nave.
Las galerías de la tribuna también aparecen abovedadas, con bóvedas de medio cañón y a nivel del suelo, las naves y la girola están cubiertas de bóvedas de arista, formando cada intercolumnio, un espacio definido.
Otra de las características del templo es la torre, que se alza sobre los pilares del crucero, que está compuesta de cinco pisos de arcadas que van estrechándose hasta una elevada balaustrada como remate final.
En el tímpano se representa la Ascensión de Cristo.
Sainte Foy de Conques: data de mediados del siglo XI y es la más pequeña de las iglesias de peregrinación.
Tiene tres naves, tres absidiolos, una capilla en cada brazo del crucero y tres torres. El tímpano está repleto de imágenes, organizadas mediante líneas que encuadran las diferentes composiciones. Pero lo más destacable es la portada occidental, con una magnífica representación escultórica del Juicio Final.
- Una de las escuelas más importantes del románico francés, fue la desarrollada por la abadía de Cluny III, por la importancia de dicha orden monástica y por su viva presencia a lo largo del Camino de Santiago.
La orden de Cluny había su surgido como método de reforma de las órdenes monásticas, organizándose bajo la regla benedictina y rápidamente se expandió por gran parte de Europa.
En el año 910 empezó la construcción de Cluny I, el primer templo de la orden y en 981 se construye el segundo Monasterio, Cluny II.
Pronto fue necesaria la construcción de Cluny III, que se levantó entre 1088 y 1108.
Cluny III es un enorme templo de casi 200 metros de longitud, que consta de un amplio atrio con tres naves. Por una gran puerta decorada se entraba a la basílica, compuesta de cinco naves, dos transeptos con absidiolos, capillas y un gran coro al fondo, cabecera con girola y ocho torres en fachada, transeptos y crucero.
Una iglesia bajo la órbita de Cluny, fue la basílica de Paray le Monial: la cabecera muestra un harmonioso escalonamiento redondeado.
El campanario no es ni angular ni perfectamente redondo y en él se unen el cielo y la creación. Ocho orillas simbolizan el octavo día el de la resurrección de Cristo.
El edificio se eleva tiene una altura de veintidós metros y está compuesto de naves compuestas de tres trabes encima de tres arquerías, seguidas de tres ventanas. Renuncia al doble transepto, la cabecera mantiene un deambulatorio con tres capillas. En la ordenación del muro interior de la nave central mantiene el esquema: intercolumnio de arcos apuntados, falso triforio y orden de ventanas.
- La escuela de Poitou Aquitania, desarrolló también el estilo románico y se caracterizó por la disposición en pisos superpuestos con sus arquerías murales, repletas de estatuas de santos y apóstoles.
En la arquitectura, se caracteriza por una influencia bizantina y el empleo de cúpulas pechinas y en la escultura, destacan, la exuberancia de sus tallas.
Notre Dame la Grande de Poitiers es uno de sus templos más representativos: se edificó en la primera mitad del siglo XII, siguiendo el modelo de la catedral de Angulema.
Tiene una espectacular fachada pantalla, de tres pisos y que viene determinada por una acentuada vertical, constituida por la portada principal, la ventana superior y la mandarla del frontón. El piso bajo remite a una arquitectura de varias naves, con la portada central y las arquerías ciegas mientras que el piso intermedio se subdivide en dos zonas, mostrando las figuras de los apóstoles y los santos Hilario y Martín, circunscritas en arcadas se aprecia la mandorla, en la que aparece Cristo con los símbolos de los evangelistas. Capiteles, arcos y arquivoltas se cubren de una suntuosa ornamentación, resultando un conjunto de gran belleza.
Otro edificio característico de esta escuela, es la Catedral de Saint Pierre de Angoulême, cuya construcción comenzó en 1125.
Tiene planta de cruz latina y un ábside central con absidiolos. El crucero tiene un tramo central cubierto por una cúpula alzada sobre un tambor octogonal, a ambos lados hay un estrecho tramo intermedio con un absidiolo oriental y en los extremos deberían alzarse dos torres, pero sólo se construyó la del lado norte, que está dividida en cuatro pisos y supera en altura incluso a la cúpula que cubre el tramo central. En el extremo sur está cubierto por una cúpula más pequeña.
En el interior, hay una nave ancha y dividida en cuatro tramos cubiertos por cúpulas soportadas por arcos apuntados y levantadas sobre pechinas.
La fachada occidental está articulada en distintos cuerpos y calles, formadas por arcos ciegos, y está flanqueada por dos torres terminadas con chapiteles cónicos con decoración de escamas.
- La escuela románica francesa de Auvernia, cuyos templos se caracterizaron por una decoración arquitectónica formada por arcos de grandes dimensiones aplicados a las paredes y acentuada en las fachadas y las iglesias tienen siempre girola en el ábside y en las naves laterales, un piso inferior, cubierto de bóvedas por arista y un piso superior, cubierto de bóvedas de cuarto de cañón, formando las tribunas, de modo que la parte alta de la nave central, recibe la luz indirecta que le llega a través de las tribunas y la parte baja la que le llega desde las naves laterales.
El modelo más representativo de esta escuela románica es el templo de Notre-Dame-du-Port en Clermont-Ferrand.
Arte románico en Italia
En el s. XI Italia carecía de un ideal unitario acentuado por las luchas internas entre los grandes partidos que se disputaban el Gobierno, el gibelino y el güelfo, adicto al poder eclesiástico. Por ello se produjeron grandes rivalidades que terminaban en luchas internas, esto facilitaría la producción de obras de arte. Los dos siglos carolingios o prerrománicos para Europa fueron los más trágicos y oscuros para Italia. El Pontificado había dejado de ser un elemento estimulador de la cultura, la Italia Meridional estaba en poder de los árabes de Sicilia llegando en sus luchas hasta la misma Roma, y en Lombardía y las provincias del Adriático algunas esporádicas entradas de las huestes imperiales conseguían reprimir la anarquía.
La difusión del románico por Italia se va a realizar en gran medida por uno de sus ríos más importantes, el Po, a través de él hasta la Toscana, también se debe citar a los monasterios benedictinos como responsables de esta difusión.
En el norte de Italia nunca se dejó de lado la tradición paleocristiana y bizantina, característica que hace que el románico italiano sea estéticamente distinto al que podemos encontrar en España o en Francia. Esa influencia paleocristiana se refleja en las plantas y alzados de las basílicas con sus columnas que separan las naves, a demás de la gran cantidad de galerías con arcos sobre las columnas. También son característicos de las primeras iglesias los esbeltos campaniles exentos, de planta cuadrada o circular, que parecen encontrar en Rávena su inspiración más inmediata. El aumento del número o del tamaño de los vanos según avanzamos en altura termina por convertirse en rasgo común para muchos de estos campanarios. No obstante, pese a esa diversidad formal, encontramos también elementos comunes que contribuyen a la configuración de un lenguaje plástico coherente, aunque con las lógicas variantes locales y regionales. Esas afinidades tienen mucho que ver con dos sustratos culturales que ejercen una gran influencia en toda la península, serían Roma y Bizancio.
Como aportación original surgió el “Estilo Lombardo”, en el que se aprecia un gran elemento decorativo, un arte prerromano que tendría difusión en la zona norte de Cataluña o de la Provenza, en Lombardía se entremezclaban las características del románico italiano con el alemán (formas decorativas), ejemplo de ello sería la Catedral de San Ambrosio de Milán, donde eran coronados los reyes lombardos y los emperadores germánicos con la corona de Hierro. Otro de los ejemplos más característicos del románico lombardo sería San Abbondio de Como que presenta una fachada basilical. En Lombardía se producía una intensa actividad edificadora y reconstructora de los edificios tras las invasiones húngaras del s. X. Los edificios románicos se caracterizan por su suntuosidad y decorativismo, además de por su claridad estructural. Otro rasgo característico es la articulación de las fachadas y los ábsides a través de galerías que se abren tras sucesiones de arcos dobles (Verona), triples (Módena) o arquerías corridas (Pavía, Parma) que dotan al conjunto de una enorme plasticidad. Los constructores lombardos van a adquirir una fama internacional, por lo que formarán talleres itinerantes presentes en buena cantidad de las construcciones europeas del s. XI.
La mayoría de historiadores del arte están de acuerdo en que los templos románicos lombardos más ricos y suntuosos son San Zenón de Verona, famoso por la riqueza escultórica de su puerta de mármol y la catedral de Parma, cuya fachada del siglo XII equilibra las dos horizontales de sus galerías de arcadas con la vertical formada por la superposición de la puerta, su tribuna y un gran óculo.
La superposición de triforios y galerías altas, característica de los constructores lombardos, mezclada con tradiciones clásicas del arte de construir más o menos predominante según las regiones, llega a constituir una especie de estilo románico italiano. Las características principales de la arquitectura lombarda serían:
- Edificios humildes con cubiertas planas de madera que no se abovedan hasta la segunda mitad del s. XI
- Torres campanarios
- Uso del ladrillo o sinarejo
- Ábsides abovedados
En la región del Po se desarrollan pórticos avanzados a los pies con columnas que descansan sobre leones. Esta característica aparece en Verona, Parma, Módena y Piacenza, y en las tres últimas se remata el pórtico con una tribuna elevada.
Con posterioridad se aprecian influencias francesas, especialmente normandas, en la alternancia de soportes, así como en la aparición de tribunas (San Ambrosio de Milán y catedral de Módena, aunque en este caso es una falsa tribuna), llegando incluso a la utilización de precoces bóvedas de crucería ya en la segunda mitad del XII (Milán).
Primer románico
Término acuñado por primera vez por Puig i Cadafalch, sus primeras manifestaciones surgen en el norte de Italia (Lombardía) donde utilizaban una técnica heredada del mundo romano. Este primer románico era un periodo puente hacia el románico pleno, por ello se pueden vislumbrar características del románico y propias como el abovedamiento. Entre las iglesias que caracterizan a este periodo podemos encontrar a la de San Vincenzo in Prato, San Abundio de Como, Santa María la Mayor de Lomello o San Ambrosio de Milán
Románico del Véneto
El románico del Véneto tiene una gran influencia de la cultura bizantina, por influencia de San Marcos de Venecia, es una Iglesia bizantina con algunos elementos románicos que comenzaría a construirse en el 1066, se caracteriza por tener una planta en cruz latina cubierta de cúpulas soportadas por pilares horadados. Esto influiría posteriormente en la construcción otras iglesias como las de Santa María y San Donato de Venecia o San Antonio de Parma
Románico en la Toscana y en los Estados Pontificios
Como hemos dicho anteriormente en esta zona se produjeron continuos ataques que provocaron la necesidad de reconstrucciones y reparaciones continuas, esto provocó la introducción de una serie de cambios influidos por el nuevo movimiento artístico que Europa estaba viviendo, el románico. Entre las más importantes encontraríamos la de San Clemente de Roma.
Pisa como Venecia, tuvo también Pisa el afán de coleccionar y reunir obras de arte. A principios del siglo XI, Pisa comienza a tener grandes expresiones artísticas empezando por la arquitectura que era pionera en Italia. El grupo de los grandes monumentos písanos es anterior a los de Florencia y Siena. En plena época románica, cuando los demás países occidentales estaban ocupados en el gran problema constructivo de sus bóvedas por arista, Pisa levantaría una catedral de mármol atendiendo a la pureza de líneas y la rodeará de otros monumentos como un campanario inclinado, el baptisterio que servía de sala de conciertos, un claustro...
En Roma hay que destacar los trabajos en mosaico en composiciones geométricas con un carácter clásico para enriquecer las iglesias y sobre todo los claustros. Entre los ejemplos más característicos de la arquitectura románica en Italia debemos citar:
- Milán
o San Ambrosio: este templo estaba ya documentado en el s. IV, pero la construcción actual comenzaría en el s. XI. Este es un templo con planta basilical de tres naves con tres ábsides semicirculares en la cabecera. Lo más antiguo es el gran ábside de la nave central que se levanta sobre la cripta. Sobre las naves laterales se levantan tribunas de influencia francesa, a cada tramo de la nave central se dan dos tramos de las laterales, lo que determina la alternancia de soportes. A finales del XII decide cubrirse la nave central con bóveda de crucería. Conserva un frontal de altar románico de oro.
El aspecto externo está relacionado con la decoración lombarda, hecha de ladrillo, además, tiene un gran atrio de tradición paleocristiana extendido en los pies.
El aspecto externo está relacionado con la decoración lombarda, hecha de ladrillo, además, tiene un gran atrio de tradición paleocristiana extendido en los pies.
o San Lorenzo: esta iglesia conserva del románico las torres de los ángulos.
- Verona:
o San Zenón: basílica de tres naves sin transepto. La fachada está decorada con motivos lombardos y esculturas, se añade el pórtico con columnas sobre leones que será característico del valle del Po. También se compondrá de un rosetón radial abierto hacia el 1200.
- Como
o San Abundio: Es una iglesia de cinco naves sin transepto que se cubre con techumbre plana de madera. Tiene un coro muy profundo que consta de dos tramos cuadrados y abovedados y un ábside semicircular. Las naves laterales se cierran con absidiolos precedidos de pequeños tramos rectangulares también abovedados. Al exterior se levantan dos torres anexas al presbiterio. La decoración de bandas lombardas y arcos ciegos sobre columnas se extiende por todo el exterior del edificio.
El románico en Florencia
En Florencia entre los siglo XI y XII se usaron algunos elementos comunes al románico pisano caracterizado por una armonía geométrica que recuerda las obras antiguas, esto se mostraría en el Baptisterio de San Juan donde hay un sentido del ritmo en el modo de disponer los elementos exteriores utilizando recuadros, pilastras, arcadas ciegas… siguiendo un esquema que se repite en ocho lados. La datación del baptisterio se ha discutido mucho por la escasez de documentación escrita, además, se discute si es un edificio paleocristiano, románico... por investigaciones recientes se cree que era una edificación anterior al s. XI. El paramento interno con mármol polícromo, inspirado en el Panteón de Agripa, se concluyó a inicios del siglo XII. Los mosaicos del pavimento se datan en el 1209 y los del ábside rectangular en 1218, mientras la primera fase del revestimiento externo se cree que es del mismo período.
Otros ejemplos del estilo florentino son la Basílica de San Miniato al Monte (iniciada en 1013 y completada gradualmente hasta el siglo XIII), que presenta una muestra de fachada bícroma y una estructura rigurosa inspirada en el románico lombardo. La pequeña iglesia de San Salvatore al Vescovo, la Colegiata de Sant'Andrea en Empoli y el paramento incompleto de la fachada de la Abadía Fiesolana junto a un modesto número de parroquias e iglesias menores, completan el cuadro.